Una atroz feminicidio tiene conmocionada a toda la comunidad de la vereda Curalito, ubicada en el sector Lusitania, departamento del Tolima. El pasado domingo, una mujer fue asesinada brutalmente por el hombre con quien compartía su hogar y la crianza de sus hijos.
Eran las 7:30 de la mañana, apenas comenzaba la celebración de Día de la Madre, cuando Benedicto Rodríguez Muñoz, de 39 años, presuntamente desenfundó un arma de fuego y, tras una acalorada discusión, le disparó en el rostro a Yarleidis Ospina Rada, de 26 años, su compañera sentimental y madre de sus dos hijos.
La bala fue fulminante. El cuerpo de la joven madre quedó tendido en el suelo de su casa, mientras su victimario emprendía la huida. Desde entonces, está prófugo.
El crimen se registró en una vivienda rural, en la vía que conecta a Tolima con el Quindío. Yarleidis vivía en el corregimiento de Gamboa junto a Rodríguez Muñoz y los menores de seis y siete años, quienes, según confirmaron las autoridades, estaban en la casa al momento del hecho.
La discusión, según testigos, se escuchó desde temprano. Gritos, insultos y luego un disparo que acabó con el silencio por unos cuantos segundos.
Fueron los vecinos quienes alertaron a la Policía Metropolitana de Ibagué. Cuando los uniformados llegaron al lugar, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer.
El impacto de bala en el rostro no le dejó oportunidad alguna. De inmediato se activó un plan de búsqueda contra el presunto agresor, pero aún no se sabe nada de su paradero.
Fuentes de la Fiscalía General de la Nación confirmaron que Benedicto Rodríguez tenía antecedentes por violencia intrafamiliar. En al menos dos ocasiones, allegados a la víctima habían advertido sobre episodios de maltrato físico y psicológico.
“Nos cansamos de decirle que se saliera de esa relación, pero ella siempre pensaba en sus hijos”, dijo una amiga cercana de Yarleidis, quien pidió reserva de su identidad por seguridad.
El crimen no sólo conmociona a la comunidad, sino que ha encendido las alarmas entre organizaciones sociales y defensoras de derechos de las mujeres. Lo ocurrido se suma a una larga lista de feminicidios en el país que, pese a las denuncias previas y alertas tempranas, terminan en tragedias que parecen evitables.
“Esto no fue una simple riña. Fue una ejecución. Yarleidis no fue la primera ni será la última si las autoridades no actúan con contundencia”, declaró una vocera de la Red Nacional de Mujeres.
En medio de la indignación, varios colectivos reclaman mayor visibilidad y atención institucional frente al feminicidio, particularmente cuando las víctimas ya habían reportado antecedentes de violencia.
“Nos duele profundamente esta vida arrebatada. Y duele más que sus hijos queden sin su madre. Benedicto ya tenía antecedentes por maltrato. No es justo que ahora simplemente se hable de una riña”, expresó entre lágrimas una prima de la víctima.
Por su parte, el comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué, coronel Carlos Germán Oviedo, aseguró que “se mantiene un operativo activo con patrullas rurales y apoyo de inteligencia para localizar al presunto agresor. Este es un hecho que rechazamos de manera categórica y en el que no habrá impunidad”.