El último enfrentamiento en límites entre Risaralda y Antioquia dejó al descubierto la supuesta presencia del Clan del Golfo en el territorio, pese a que el secretario de Gobierno de Risaralda, Israel Londoño, recientemente atribuyó este tipo de informaciones a las mal llamadas fake news.
La semana pasada, ante la Asamblea Departamental, el alto funcionario aseguró que en el territorio no hay presencia estable ni campamentaria de grupos armados ilegales. Pero estas afirmaciones quedaron en entredicho tras un fuerte enfrentamiento armado ocurrido entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo.
La operación, liderada por tropas del Ejército Nacional y unidades de la Policía, dejó como saldo la muerte de dos presuntos integrantes del Clan del Golfo: alias Barranquillita, identificado como explosivista del grupo ilegal, y alias Mayimbú, señalado por las autoridades como coordinador logístico en esa zona del país, aunque estos dos fueron dados de baja en el municipio de Andes, Antioquia.
Así lo confirmó este lunes en rueda de prensa la Policía Nacional, que detalló que la operación tuvo como objetivo una célula armada que habría estado movilizándose entre los límites de ambos departamentos y había ocasionado la muerte de un uniformado en medio del Plan Pistola.
Durante más de ocho horas, los pobladores de la zona rural de Mistrató y Belén de Umbría vivieron momentos de angustia. Helicópteros sobrevolaron la región mientras se escuchaban intensas ráfagas de disparos. Sin embargo, el ni el Ejército ni el Ministerio de Defensa entregaron información oficial.
“Fue una noche de miedo, los niños lloraban, nadie durmió. No sabíamos si los tiros eran cerca o lejos”, relató un habitante dela zona, que pidió reserva de su identidad por seguridad.
Este hecho vuelve a abrir el debate que parecía cerrado apenas unos días atrás. En sesión de control político en la Asamblea, Israel Londoño había afirmado con determinación que en Risaralda no existen estructuras armadas permanentes de organizaciones como el ELN o el Clan del Golfo.
“Yo he recorrido los territorios personalmente y no hay campamentos de estos grupos. Es cierto que hay tránsito ocasional de actores ilegales, pero no presencia estable ni estructuras activas en nuestros municipios”, señaló el funcionario.
Sin embargo, la contundencia del operativo militar y la relevancia de los abatidos contradicen esas afirmaciones. De hecho, fuentes de inteligencia confirmaron que la estructura neutralizada estaba realizando actividades de vigilancia armada y, presuntamente, tareas de expansión territorial en la franja entre Antioquia, Chocó y Risaralda, una región históricamente estratégica para el control de rutas del narcotráfico y el paso de armamento.
“Estos hombres tenían información, estaban bien armados, y estaban intentando fortalecer una ruta secundaria para el paso de droga hacia el norte del país. Lo que ocurrió no fue un enfrentamiento casual, sino una acción quirúrgica contra una estructura en movimiento”, dijo un informante.
La contradicción entre las declaraciones oficiales del gobierno departamental y lo ocurrido sobre el terreno genera inquietudes sobre la verdadera dimensión del fenómeno armado en Risaralda.
Expertos en seguridad coinciden en que minimizar la presencia de grupos ilegales puede tener efectos contraproducentes para la protección de las comunidades y la asignación de recursos de seguridad.
“No se puede hablar de ausencia de grupos armados sólo porque no hay campamentos visibles o banderas izadas. La criminalidad actual opera con estructuras móviles, muchas veces sin dejar huellas”, advirtió un analista de seguridad regional .
Mientras tanto, en Mistrató y Belén de Umbría los habitantes reclaman mayor presencia institucional y garantías de seguridad. “Nosotros sabemos lo que vemos. Y lo que vimos el sábado fue guerra. Que no nos digan que aquí no pasa nada”, dijo otra habitante de la zona.