Siete viviendas quedaron totalmente consumidas por las llamas; 17 personas resultaron damnificadas, entre ellas seis menores de edad. Una de las afectadas dijo que, al parecer, un rayo ocasionó el incendio.
La conflagración de grandes proporciones arrasó con la estructura de las casas en el barrio El Jardín del municipio de La Virginia, Risaralda. Afortunadamente, la tragedia no fue mayor, ya que no hubo pérdidas humanas ni lesionados.
Lo que sí lamentan las autoridades es que los afectados lo perdieron todo. Incluyendo un taller de ebanistería, donde presuntamente se originó el incendio, y donde supuestamente trabajaban seis personas.
El siniestro, que se desató en horas de la madrugada de este martes, dejó como saldo no solo la destrucción total de las viviendas, sino también el colapso emocional de familias enteras que hoy piden apoyo urgente para su reubicación y recuperación.
Según el relato de uno de los damnificados, el fuego se habría originado por un rayo que impactó una de las casas, donde funcionaba el taller de carpintería. Las llamas se extendieron rápidamente a las viviendas vecinas, por los materiales inflamables.
“Dicen que fue un rayo el que cayó en la ebanistería y de ahí se prendió todo. Luego pasó a las otras casas: la de mi hermano, la de mi mamá, la mía, la de mi hermana y la de mi tía. Todo fue muy rápido, no alcanzamos a sacar nada”, relató con Erika Álvarez Hernández, una de las damnificadas.
Emergencia sin control
De acuerdo con la versión entregada por los propios afectados, los bomberos de La Virginia acudieron a la emergencia de manera inmediata, pero enfrentaron una grave dificultad: el agua de los carrotanques no fue suficiente. Esto obligó a solicitar apoyo a unidades de Pereira y del municipio vecino de Viterbo, Caldas.
“La falta de agua ayudó a que el incendio se propagara más. Cuando llegaron los refuerzos ya había poco que hacer. Las casas estaban envueltas en llamas”, explicó la mujer.
Los daños son totales. Además de las siete viviendas completamente destruidas, una octava estructura presenta riesgo de colapso y está siendo evaluada por ingenieros del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo. Las familias quedaron literalmente en la calle, sin pertenencias ni un techo seguro donde resguardarse.
Piden ayuda
La angustia por la pérdida material se suma la preocupación de los damnificados. Aunque el alcalde del municipio se hizo presente en el sitio y ofreció acompañamiento, las promesas de reubicación, según afirman los afectados, no han pasado de palabras.
“Yo misma fui a buscar al alcalde. Hace meses nos vienen diciendo que nos van a reubicar y siempre nos dicen que esperemos un mes más, que 15 días. Ahora no tenemos dónde dormir ni qué comer. Le pedimos a la Empresa de Desarrollo Urbano y Rural de Risaralda (Edur) y a las autoridades que se pongan la mano en el corazón y nos entreguen las casas que ya están listas”, expresó Erika Álvarez.
Mientras tanto, las familias damnificadas permanecen a la espera de ayudas humanitarias inmediatas, como alimentos, cobijas, ropa y un techo temporal. La situación es crítica, y aunque el origen exacto del incendio aún es investigado, todo apunta a que el fenómeno natural fue el que ocasionó esta nueva tragedia.
