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La tecnología digital cotidiana protege la salud cerebral de las personas mayores, según un estudio

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Es una noción común que el uso excesivo de teléfonos inteligentes, tabletas, laptops y otros dispositivos digitales está pudriendo la mente de las personas.

Pero parece ser todo lo contrario: el uso regular de la tecnología digital parece proteger el cerebro contra el deterioro y la demencia, al menos entre los presentes en los albores de la revolución tecnológica.

El uso diario de dispositivos digitales parece reducir el riesgo de deterioro cognitivo de las personas mayores en un 58 por ciento, a la par con la protección obtenida de una presión arterial más baja, el ejercicio y los juegos mentales, según los hallazgos, que se publicaron en la edición del 14 de abril de la revista Nature Human Behavior.

Estos hallazgos contradicen las preocupaciones de que la generación que cambió las máquinas de escribir por las computadoras personales estaría sujeta a una “demencia digital”, con una vida de uso de la tecnología que hace que el deterioro del cerebro sea más probable, dijeron los investigadores.

“No había pruebas creíbles (…) por la ‘fuga de cerebros’ digital generalizada o la ‘demencia digital’ como resultado de los usos generales y naturales de la tecnología digital”, concluye la revisión de evidencia dirigida por Jared Benge, neuropsicólogo del Centro de Memoria Integral de la Universidad de Texas en Austin.

Para la revisión, los investigadores agruparon datos de 57 estudios anteriores en los que participaron más de 411,000 personas. Estas personas tenían una edad promedio de 69 años cuando comenzó la investigación.

“La primera generación que se involucró con las tecnologías digitales ha alcanzado la edad en la que surgen los riesgos de demencia”, lo que los convierte en “pioneros digitales”, escribieron los investigadores.

Alguien nacido en 1945 habría pagado las facturas con un cheque o en efectivo, habría usado enciclopedias y catálogos de tarjetas de biblioteca para buscar información, habría confiado en un mapa desplegable de papel para navegar por nuevas áreas y habría esperado días para intercambiar cartas escritas a mano enviadas a través de la Oficina de Correos de EE. UU., dijeron los investigadores.

“Este mismo individuo se acerca ahora a los 80 años y vive en un mundo en el que las compras se realizan en Internet con tarjetas de crédito, los nuevos conocimientos se adquieren escribiendo una pregunta en un motor de búsqueda, la memoria prospectiva se apoya en calendarios digitales con recordatorios automáticos, la navegación se facilita mediante dispositivos GPS que se instalan en la mayoría de los automóviles o teléfonos, y las comunicaciones basadas en texto o video pueden ocurrir instantáneamente con personas de todo el mundo”, escribieron los investigadores.

El análisis de los estudios agrupados encontró que “un mayor uso de las tecnologías digitales cotidianas se asoció con menos probabilidades de deterioro cognitivo”, y las personas que usaban dispositivos con regularidad tenían un riesgo un 58 por ciento más bajo de deterioro cerebral o demencia, encontraron los investigadores.

En comparación, reducir la presión arterial puede reducir el riesgo de demencia en un 13 por ciento, la actividad física regular en un 35 por ciento, la educación superior hasta en un 47 por ciento, y los juegos mentales y otras actividades de ocio cognitivamente estimulantes en un 31 por ciento, escribieron los investigadores.

“La participación en la tecnología se asoció con una reducción de las probabilidades de deterioro cognitivo en los adultos de mediana edad y mayores”, concluyeron los investigadores.

Además, esta asociación entre la tecnología digital y la salud del cerebro no podría explicarse por los antecedentes, la riqueza, la salud u otros factores del estilo de vida de las personas, añadieron los investigadores.

Señalaron tres posibles razones por las que la tecnología podría estar ayudando a que los cerebros de las personas envejezcan con más gracia.

En primer lugar, los dispositivos digitales podrían promover un uso más activo de las habilidades de pensamiento y resolución de problemas de las personas, y no solo a través de juegos mentales y rompecabezas en línea.

Las personas que usan dispositivos deben lidiar con interfaces en evolución, solucionar problemas de hardware y software, y filtrar activamente las distracciones como los anuncios emergentes, “capas adicionales de complejidad cognitiva” que involucran constantemente a los cerebros de las personas sin que se den cuenta, dijeron los investigadores.

En segundo lugar, la tecnología digital facilita una mejor conexión social, que se ha demostrado que protege contra la demencia. Las personas pueden mantenerse en contacto cercano con otras personas a través de correo electrónico, mensajes de texto y chats de video, y usar la tecnología para organizar reuniones más fácilmente.

Y tercero, los dispositivos podrían formar un “andamio digital” que ayude a apuntalar a las personas incluso cuando sus cerebros comiencen a experimentar un deterioro relacionado con la edad. Los recordatorios para pagar facturas o tomar medicamentos ayudan a las personas a mantenerse al día con las demandas diarias, lo que les permite seguir siendo independientes por más tiempo.

Sin embargo, los investigadores anotaron que “no hay una respuesta simple a si la tecnología es ‘siempre buena’ o ‘siempre mala’ para el cerebro envejecido”.

Por ejemplo, la salud cerebral de las personas podría verse afectada si se convierten en sedentarios por pasar demasiado tiempo frente a las pantallas, y el uso de las redes sociales podría exponer a las personas mayores a información errónea, apuntaron los investigadores.

Y estos hallazgos solo deben aplicarse a las personas presentes al comienzo de la revolución digital, añadieron los investigadores.

“La revisión actual se centró en los ‘pioneros digitales’, es decir, el grupo de adultos de mediana edad y mayores que estuvieron expuestos por primera vez a las computadoras, Internet y los teléfonos inteligentes durante la adultez”, escribieron los investigadores.

“Se desconoce si los hallazgos actuales se mantendrán en las próximas décadas para las personas que estuvieron expuestas inicialmente a las tecnologías digitales durante la infancia o a medida que cambien los tipos de exposición general a la tecnología digital”, añadieron.

Crédito: Infobae 


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