La vereda El Congal, en el municipio de Samaná (Caldas), se convirtió en uno de los lugares más golpeados por la violencia en el oriente del departamento. Durante los años más crudos de la guerra, entre finales de los noventa y comienzos de los 2000, la zona vivió el fuego cruzado entre la guerrilla de las Farc, los paramilitares y la fuerza pública.
El resultado fue devastador: desplazamientos masivos, asesinatos selectivos, amenazas y el abandono de tierras que quedaron en medio del conflicto. “Nos tocó salir con lo que teníamos puesto, dejar la finca, los animales y los cultivos”, recuerda un campesino que hoy hace parte del plan de retorno.
Testimonio se suma al de decenas de familias que debieron abandonar el lugar durante años y que, poco a poco, empiezan a regresar para reconstruir su vida.
Consciente de esa deuda histórica, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) llegó el pasado 26 de septiembre al corregimiento de Florencia, en Samaná, para adelantar una jornada de atención y acompañamiento.
Además, de orientar a víctimas sobre sus procesos de restitución, el equipo técnico verificó los avances del plan de retorno en El Congal, donde actualmente varias familias regresan con apoyo institucional.
Un día antes, el 25 de septiembre, la entidad había realizado una jornada similar en Norcasia, municipio vecino que también fue escenario de desplazamientos forzados durante el conflicto.
Allí, campesinos y víctimas recibieron asesoría directa sobre trámites de restitución de tierras y acceso a derechos. El Congal es un lugar emblemático. Refleja lo que pasó en muchas veredas del oriente caldense.
¿Cómo va el plan retorno?
El proceso, sin embargo, no es sencillo. Las familias que regresan deben enfrentar infraestructura destruida, tierras sin producir y las huellas psicológicas del desplazamiento, además de la incertidumbre por la seguridad en zonas donde aún hay presencia de grupos armados residuales.
A pesar de esas dificultades, las comunidades mantienen viva la esperanza de recuperar su territorio. La Unidad anunció que en lo que resta del año seguirá desplegando jornadas en otros municipios de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca.
El reto sigue siendo que el retorno a lugares como El Congal no sea sólo simbólico, sino sostenible, con tierras productivas, seguridad garantizada y acceso a servicios básicos.
Crédito: 360 Noticias.
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