La geografía del departamento se transformó en un escenario estratégico para estructuras ilegales, que hoy libran una disputa silenciosa por su control. No sólo está en juego el dominio de rentas criminales, sino también el manejo de corredores que conectan con Antioquia, Chocó y Valle del Cauca.
A esto, se suma el creciente interés en la minería ilegal, el microtráfico y las extorsiones. Todo ase convirtió en la verdadera gasolina que alimenta a los grupos armados organizados y a las bandas delincuenciales.
Un informe de la fuerza pública, recientemente conocido por 360 Noticias, detalla que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), o Clan del Golfo, comparte su presencia permanente en Pueblo Rico y Mistrató.
También hay presencia permanente sólo del Clan del Golfo en Belén de Umbría, además de la presencia intermitente en otros municipios como Quinchía, Apía y Guática.
En paralelo, en el área metropolitana se mueven dos estructuras del crimen urbano: Cordillera y Los Rebeldes, presentes en Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal. También en municipios como La Virginia y Santuario.
¿Franquiciar el delito?
El coronel Jhon Hernando Téllez Ariza, comandante de la Policía de Risaralda, habló hace algunos días con este medio y señaló que estas estructuras “pretenden adueñarse de rentas criminales como la minería ilegal y el expendio de estupefacientes”.
Según el oficial, la estrategia consiste en “alinear a los expendedores locales bajo una suerte de franquicia criminal; y cuando no aceptan, son intimidados o asesinados”.
Esta dinámica, según el coronel, terminó por aumentar las cifras homicidios selectivos. Uno de los municipios más golpeados es Mistrató, que este año concentra 16 asesinatos.
Más allá de la acción policial, el comandante insiste en la importancia de la colaboración ciudadana. “Cada denuncia es valiosa. Lanzamos el cartel de los más buscados de Risaralda, con siluetas que permitirán identificar y judicializar a cabecillas”, dijo.
Actualmente, preocupa la persistencia de grupos armados con vocación rural como el ELN y Clan del Golfo, que buscan controlar corredores estratégicos hacia el Pacífico; y por otro, la consolidación de estructuras urbanas como Cordillera y Los Rebeldes.
Crédito: 360 noticias.
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