Las cifras durante este 2025 muestran que la violencia continúa en el primer plano en varias de las principales ciudades del país. Además, revelan un panorama contrastante. Mientras grandes urbes como Bogotá y Medellín mantienen sus números, otras localidades como Pereira y Dosquebradas enfrentan situaciones preocupantes de criminalidad.
Ambas tienen más homicidios de los esperados para su tamaño. Estos dos municipios que conforman el área metropolitana en el departamento de Risaralda, junto con La Virginia, presentan una tasa conjunta de 12,75 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que la convierte en la primera región más violenta del país en lo que va de 2025.
Sin embargo, de manera individual la situación parece más crítica para el municipio industrial, que con una población aproximada de 226 mil habitantes y 32 hechos de sangre, la mayoría por sicariato, presenta una tasa de 14,16 asesinatos por cada 100 mil habitantes.

Pereira, por su parte, suma 72 homicidios entre enero y lo que va de mayo. Con sus 590 mil habitantes, el cálculo deja un registro total de 12,20 muertes violentas por cada 100 mil.
Aunque los homicidios en estas ciudades (103 en total) no son tan elevados como en Cartagena o Cali, la tasa es superior a la de otras grandes urbes como Bogotá y Medellín, situación que resalta la necesidad de mayor atención en políticas de seguridad en la región.
¿Qué hacen las autoridades?
“Sí, tenemos una tasa de homicidios que nos duele y nos indigna. No la negamos. La enfrentamos todos los días con trabajo y resultados”, dijo el secretario de Gobierno de Pereira, Jorge Mario Trejos.
El funcionario destaca que, más del 90% de los hechos violentos están vinculados a estructuras criminales que se disputan el control del microtráfico. “No hablamos de delitos al azar, hablamos de economías ilegales, usan armas de fabricación industrial y se infiltran en los barrios.
Trejos señaló que, de manera conjunta, se está enfrentando la criminalidad. “No hemos retrocedido. En lo que va del año, en trabajo articulado entre la Fiscalía y Policía Nacional se han capturado a más de 60 integrantes de estructuras delincuenciales”.

Entre los resultados más importantes, a juicio del Secretario, destaca alias ‘El Mosco’, a quien la policía recientemente le incautó armamento de alto calibre. Además, destaca la desarticulación de bandas y la reducción del hurto a personas en más del 40%.
“Se han trasladado a cabecillas a cárceles de alta seguridad fuera del departamento para evitar que sigan delinquiendo desde adentro. Nuestra lucha no es sólo con palabras. Es con resultados”, agregó.
Otras ciudades
Por su parte, Cali y Barranquilla presentan problemáticas persistentes. La capital del departamento del Valle, con una población de 2,9 millones de habitantes, reporta 357 homicidios este año, lo que da una tasa de 12,23 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Barranquilla, con una población de 1,34 millones, no se queda atrás, con una tasa de 11,17 homicidios por cada 100.000 habitantes, tras registrar 150 en lo corrido del periodo 2025.
Medellín y Bogotá ¿Ejemplo?
En contraste, Medellín, con 2,63 millones de habitantes y 153 homicidios, muestra una tasa de 5,82 por cada 100.000 habitantes.
Bogotá, la capital del país, presenta la tasa más baja entre las ciudades analizadas, con 5,10 por cada 100.000 habitantes (408 homicidios en total), lo que refleja el éxito relativo de sus políticas de seguridad y control de criminalidad, tomando en consideración que en esta viven cerca de 8 millones de personas.
Más medidas
Las diferencias en las tasas de hechos violentos se deben a una combinación de factores. Aunque las políticas de seguridad son un elemento determinante, así como la estructura social, económica y política de cada región, que también juegan un papel crucial.
En ciudades como Dosquebradas y Pereira, los altos índices de violencia están relacionados con la presencia de bandas criminales y el narcotráfico, mientras que en Bogotá y Medellín, el control territorial y las estrategias de prevención, quizá han tenido más éxito.


Los expertos coinciden en que se requiere un enfoque integral que combine medidas preventivas, justicia, rehabilitación y políticas sociales para abordar los factores subyacentes de la violencia, tal como lo mencionó recientemente el secretario de gobierno de Pereira, Jorge Mario Trejos.
“La seguridad no se construye sólo con más policías o patrullas. Esa es una parte del problema. Desde la Secretaría de Gobierno no hemos esperado. Creamos rutas de atención social, intervenimos zonas críticas con operativos integrales, activamos programas para habitantes de calle, lideramos campañas de salud mental y prevención del consumo, y abrimos frentes de seguridad con comerciantes”, explicó Trejos.

También explicó que, a través de la estrategia ‘Zonas Seguras’ se está georreferenciando la ciudad para avanzar en el proceso de instalación de alarmas comunitarias y cámaras con inteligencia artificial.
“Este año también se lanzó la app Mujer Segura, para atención inmediata en casos de violencia de género. No estamos improvisando. Estamos actuando. Lo que estamos buscando es fortalecer día a día el trinomio Policía, comunidad y administración Municipal”, explicó.

Trejos señaló que este tipo de análisis y datos es fundamental para evaluar el impacto de las políticas de seguridad en cada ciudad y determinar las acciones que deben tomarse para proteger a los ciudadanos y reducir la criminalidad.