Una carta de cuatro páginas publicada por el excanciller Álvaro Leyva ha desatado una nueva tormenta política en el país. En el documento, dirigido directamente al presidente Gustavo Petro y compartido en su cuenta de X, Leyva lanza graves acusaciones sobre un presunto problema de drogadicción del mandatario y cuestiona fuertemente a figuras clave de su círculo más cercano.
“Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción”, escribió Leyva, aludiendo a una desaparición de Petro durante una visita oficial a Francia en 2023. Según su versión, estos hechos generaron “desazón y desconcierto” cuando se desempeñaba como jefe de la diplomacia colombiana.
Más allá de las acusaciones personales, la carta revela una profunda fractura entre Leyva y el núcleo duro del gobierno. Señala a Laura Sarabia, Armando Benedetti y Ricardo Roa como quienes tienen “secuestrado al presidente” y denuncia haber sido excluido de decisiones estratégicas durante su gestión como canciller. “La señora Sarabia me hacía esperar por horas…”, lamenta el exfuncionario en uno de los apartados más críticos del documento.
La respuesta del presidente Petro no se hizo esperar. A través de X, rechazó las afirmaciones de Leyva, cuestionó el interés de la prensa por difundir la carta y defendió su derecho a compartir tiempo con su familia. “¿Es que acaso no tengo hijas y nietas en París?”, respondió, en tono sarcástico, mientras más tarde afirmó ser “adicto al amor”.
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. Desde la oposición, voces como la del senador Carlos Fernando Motoa pidieron claridad sobre el estado de salud del mandatario y cuestionaron el verdadero liderazgo en la Casa de Nariño. Incluso, se radicaron proposiciones en el Congreso para que el jefe de Estado se someta a exámenes toxicológicos y psiquiátricos, invocando el artículo 194 de la Constitución.
En contraste, sectores del oficialismo y figuras cercanas al presidente, como Gustavo Bolívar y María José Pizarro, salieron en defensa del mandatario y calificaron la carta como un acto de deslealtad y sensacionalismo. También su hija Andrea Petro, desde Francia, pidió respeto por los espacios íntimos del presidente y aseguró que “a veces, desaparecer es vital para sobrevivir al odio”.
Mientras tanto, analistas políticos apuntan a que la misiva refleja no solo una ruptura personal, sino también las tensiones internas de un gobierno que enfrenta múltiples desafíos. Leyva, una de las figuras históricas del proceso de paz y pieza clave en el inicio del mandato de Petro, parece haberse convertido ahora en uno de sus críticos más incisivos.
